Transgredir los géneros literarios, como modelos de estructuración formal y temática de la obra literaria, que se ofrecen al autor como esquema previo a la creación de su obra, es uno de los desafíos más interesantes para un escritor.
Este artículo refiere especialmente a la leyenda; en una definición informal y personal, para mí, es una historia que se trasmite oralmente y que involucra personajes y hechos que la gente encuentra posible o acorde a la situación que describe y que es aceptable según las características de los que intervienen en la historia, mayormente hay un héroe involucrado, un hecho asombroso o maravilloso y una conclusión que involucra a veces una moraleja o la explicación de algo que tiene que ver con reflexiones cotidianas o hechos misteriosos.
En muchos casos las leyendas se han usado (¿o creado?) con el objeto de explicar lo inexplicable o de fijar en la memoria una historia que honra ciertos hechos o personajes.
Sin embargo, ninguno de los conceptos que puedan involucrar a las leyendas impiden que se puedan considerar una historia cifrada para difundir un hecho cierto, y que el hecho, por ser cierto, desembocaría en consecuencias inimaginables.
Sea por las razones que se quieran explicitar, las leyendas tienen la pretensión de fingir que son cuentos, aún cuando la intención es revelar hechos que de alguna manera se propagan como se propagan los rumores, por su condición de llevar implícito un mensaje dirigido a determinadas personas.
Estos comentarios en referencia a este género tan peculiar se debe a que se ha iniciado en la revista Metaliteratura una sección nueva que si bien se ha dado en denominar Heterónimos, me ha llenado de suspicacias, el autor es el escritor Roberto Ferro, director a su vez de la revista.
Ha realizado una seductora presentación de sus intenciones, en su blog, el cual invito a leer:
Este artículo refiere especialmente a la leyenda; en una definición informal y personal, para mí, es una historia que se trasmite oralmente y que involucra personajes y hechos que la gente encuentra posible o acorde a la situación que describe y que es aceptable según las características de los que intervienen en la historia, mayormente hay un héroe involucrado, un hecho asombroso o maravilloso y una conclusión que involucra a veces una moraleja o la explicación de algo que tiene que ver con reflexiones cotidianas o hechos misteriosos.
En muchos casos las leyendas se han usado (¿o creado?) con el objeto de explicar lo inexplicable o de fijar en la memoria una historia que honra ciertos hechos o personajes.
Sin embargo, ninguno de los conceptos que puedan involucrar a las leyendas impiden que se puedan considerar una historia cifrada para difundir un hecho cierto, y que el hecho, por ser cierto, desembocaría en consecuencias inimaginables.
Sea por las razones que se quieran explicitar, las leyendas tienen la pretensión de fingir que son cuentos, aún cuando la intención es revelar hechos que de alguna manera se propagan como se propagan los rumores, por su condición de llevar implícito un mensaje dirigido a determinadas personas.
Estos comentarios en referencia a este género tan peculiar se debe a que se ha iniciado en la revista Metaliteratura una sección nueva que si bien se ha dado en denominar Heterónimos, me ha llenado de suspicacias, el autor es el escritor Roberto Ferro, director a su vez de la revista.
Ha realizado una seductora presentación de sus intenciones, en su blog, el cual invito a leer:
http://robertoferro.blogspot.com/2008/12/heternimos-apcrifos-y-centones.html como una interesante pista de estos enigmáticos textos, ya que menciona allí las palabras como “género policial”, que me alientan a revelar que aunque la retórica clásica divide las leyendas en líricas, épicas y dramáticas, estas divisiones no existen en las leyendas que está publicando Roberto Ferro.
Los invito a leer los textos en http://www.metaliteratura.com.ar/ en el menú estrellas, las opciones: literatura/leyendas/heterónimos, guardo la esperanza de cambiarla al rubro biografía cuando encontremos entre nuestros lectores algún testigo.
La primera leyenda menciona al prestigioso escritor Ricardo Piglia, tenemos espacio para el que quiera refutar o comentar tan intersante leyenda.
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